"Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mi" (Gal. 2, 19-20)

domingo, 15 de septiembre de 2013

ORANDO CON EL SALMO 23



El Señor es mi pastor, nada le falta. Me toma de la mano y me guía por los caminos de la vida, ensanchando senderos, allanando montañas. Caminando a mi lado El me guía y su mano me sostiene en los momentos más difíciles cuando la tentación es más grande y estoy pronta a caer. Me levanta en sus brazos cuando yerro y su mirada amorosa, sus dulces palabras y su inmensa misericordia son la luz en mis días.

El Señor es mi pastor y sé que ya no estoy sola, pues aunque toda la oscuridad del mundo se cierna sobre mí, El es el faro que me lleva a puertos tranquilos y repara mis velas.

Si el Señor es mi pastor nada puedo temer, pues El me ha hecho la promesa de una vida futura, habitando en su casa por años sin término.


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