"Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, pues es Cristo el que vive en mi" (Gal. 2, 19-20)

viernes, 16 de mayo de 2014

DEL PERDÓN Y DEL ODIO


Alguien cercano me pide oración. Me dice que puede perdonar cuando el odio y la incomprensión que sienten por ella como cristiana le afectan sólo a ella, pero se pregunta cómo perdonar cuando hacen daño a uno de sus seres queridos. Entiendo perfectamente la situación tan difícil que está viviendo; como cristiana tiene que perdonar hasta setenta veces siete, pero como madre se hace muy difícil… Somos hijos de Dios, pero somos de barro.

Le animo a que haga oración pidiendo fuerzas para no caer y a que se encomiende a Nuestra Madre, que como madre que es entiende perfectamente lo que enciende el corazón de una mujer cuando alguien hace daño a los suyos. Le animo a preguntarse qué haría la Virgen María en una situación así.

Pero también hay que plantearse qué mundo queremos dejar a las siguientes generaciones, qué es lo que ella quiere que sus hijos aprendan. Si queremos para ellos un mundo justo y generoso, tendremos que empezar a sembrar la semilla en ellos. Porque el odio engendra odio y la violencia engendra violencia. Si ella es justa, sus hijos aprenderán a ser justos. Si ella es consecuente aunque el dolor y la rabia la quemen por dentro, sus hijos aprenderán a ser consecuentes. Por ello el perdón es el mejor regalo que les puede hacer a sus hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario