Esta es la cara que se me quedó. |
Conversación telefónica que tuvo lugar hace un par de meses
en la parroquia.
AVISO IMPORTANTE: Los personajes y las situaciones de esta
historia son reales, cualquier parecido con la realidad es completamente
verídico. NO ES UNA HISTORIA DE CIENCIA FICCIÓN (por si lo parece).
A las 11.00 de la mañana (aproximadamente) suena el teléfono.
YO: Parroquia, buenos días.
HOMBRE: ¡Buenos días! Querría que me mandaran un peluquero.
(Primera cara de póker por mi parte)
YO: Eee…, esto es una parroquia, ¿eh?
HOMBRE: Lo sé. Y querría que me mandaran a alguien para que
me cortara el pelo.
YO: Nosotros no tenemos peluqueros en la parroquia.
HOMBRE: ¿No van por las casas a llevar comuniones?
YO: Pues sí.
HOMBRE: ¿Y no podrían traer también a alguien que me corte
el pelo?
YO: Pues no.
HOMBRE: Y entonces, ¿quién me corta el pelo a mi?
(Mi cara de alucine va creciendo por momentos)
YO: Pues el peluquero.
HOMBRE: ¿Entonces no tienen ese servicio en la parroquia?
YO: No
HOMBRE: Pues piénsenlo. (Y cuelga)
(Mi mandíbula ya rozaba el suelo).